domingo, 29 de diciembre de 2013

Como Un Alienígena en La Tierra

Errante voy por esta ciudad desierto,
El Sol ya no alumbra en lo incierto,
Quema con su frialdad calcinante,
Me hace dormir como un demente,
Creyendo estar despierto,
Prefiero estar soñando porque estoy solo,
Solo en esta guerra contra la desgracia.



La sorpresiva y repentina caída en desgracia,
Los días de dorados campos, lejanos a distancia,
La caída sobrevino, sin compasiva advertencia,
Y las sombras del FED, el Kremlin, El Banco Europeo
Y las instituciones mundiales
(El Mausoleo común de Keynes y Hayek me disocian,
Les he puesto en la misma Mezquita y me dualizan)
Me hacen parecer más pequeño: un simple peón que usan.




La dorada luz solar, sus rayos áureos cristalizados,
Han sido trocados por la envenenada corteza de un árbol maldito
color gris-verdusco ensuciado, emponzoñado,
Ese gris-verdusco es además usura,
La nube gris que ha decapitado al Sol de su vigor,
Es la nube que no dio signos en los cielos del futuro dolor.





Únicamente lluvias ácidas esas nubes han producido,
Y de esos líquidos drogas malditas han creado,
La pócima ácida se da cual remedio al enfermo,
Y el enfermo adicto se ha vuelto,
La pócima ácida ahora lo esclaviza, lo controla,
Le doblega y su médico le dice que es la cura.
Ácido gris-verduzco en su sangre es, le da licor
Para su borrachera. ¡Hay de quienes tuerzan,
El bien y llamen al bien, mal; y mal al bien!,
También ellos serán contagiados.



¿Cómo se siente ser un peón de la nube gris-verdusca?
¿Cómo se siente haber sido envenenado por su fragancia maligna?
¿Cómo se siente el Rey, la Reyna y el príncipe de hacienda?
¿Cómo se siente el asfixiante veneno gris-verdusco?
¿Cómo se siente cuando se es peón y se está sólo por dentro?



Sólo siento confusión, soledad y dolor por dentro,
Dolor de que la plaga gris-verdusca sea un maldito día:
Enfermedad universal.
¿Cómo se sentirá cuando todas las piezas del tablero
ya no sean de oscuro perla negra ni de blanco vainilla marfil?
¿Cómo será cuando sean contaminadas todas las piezas
por la plaga gris-verdusca?



Estoy aquí y allá abandonado, insultado hasta la infamia,
Calumniado y abandonado en mi fama,
Blindado sólo por mi vana e inservible inteligencia,
El FBI, la KGB, el Kremlin y la Hacienda Mundial cual peón me perseguían,
Irrumpieron en mi morada, la expropiaron, la diseccionaron,
Rompieron mis cerrojos, mis contraseñas, y vendieron lo que tenía.











Entonces, un viejo AgriCultor susurrando mi nombre me dijo:
“¿Por qué te preocupas?, los días felices borrarán el dolor”.
Todas las piezas del ajedrez se tornarán gris-verduscas,
Si las Torres donde se depositan los dorados son saqueadas,
Ahí todas las piezas del juego, serán menos que peones: esclavos.
Por eso me preocupo, le dije.



Eterno Retorno, la plaga se nos echa encima,
Otra vez, de nuevo y regresa. . . no termina,
Contágiame, pero hazme inmune a tu veneno,
Dame el antídoto de dorada Carmina,
Que con ello el Sol hará renacer el dorado Heno,
Toma mi nombre, ponlo en tu base de datos,
Pero déjame en paz.



Uno se siente como un alienígena en la Tierra,
Aquí sí existe el peligro, sí existe el daño,
Sí mi esposa, estamos en peligro, tú, yo y nuestros
Hijos. Como alienígenas en la Tierra, eso se siente:
De color grises-verduscos seremos.
Como alienígenas en nuestra propia Tierra seremos.




Sí existe el peligro, vivo muy solo, muy solo vivo, con mi esposa princesa,
Solo contra la plaga, como un alienígena en la Tierra.
Quisiera que el Sol vuelva a ser, para que tú y yo mi amada,
Criar nuestros hijos podamos, y salvar podamos a la Tierra.




viernes, 20 de diciembre de 2013

Día De Iluminación

Pintura amateur dedicada a la aventura de las sensaciones y emociones humanas.

Título: "Día De Iluminación"

Pintada con acrílicos sobre cartulina cartón blanca.

Autor: Ronald Martinez de Blanco Paz.


  

viernes, 13 de diciembre de 2013

Dios sí juega a los dados, El Derecho, y el derecho natural de los Humanos a ser indeterminados en su comportamiento: el reconocimiento de su libre albedrío y su innata capacidad creativa


Nuevamente cedemos una parcela de 
nuestro Blos para mi entrañable amigo Jorge 
Marquiño, quien nos dará sus opiniones 
acerca de la falencia de usar números
 en una ciencia social y encima pretender 
que con esta herramienta se puede 
predecir la conducta humana.


Gracias Ronald, es un honor que me permitas hacer catarsis académica, gracias, comenzaré precisando que los errores concernientes al derecho y a la economía que pudieran presentarse en el presente escrito, son enteramente asumidos por mi persona, pues (a la fecha de hoy abril de 2018) no pretendo todavía ser un genio experto en ninguna de estas dos áreas: ni derecho, ni economía, en este sentido, este escrito no está dirigido a ser un paper riguroso que tenga pretensiones de ser incuestionable,  principalmente porque no he podido verificar experimentalmente mucho de lo que bosquejo, pero, considero que es un punto de partida para hacer notar los límites del AED en cuanto a su capacidad de predecir la conducta humana basado en las limitaciones de una de sus herramientas: los números. Comencemos la aventura.


Albert Einstein, un gran científico, cuando criticó el modelo cuántico que explicaba el mundo subatómico solamente en término de probabilidades mas no de afirmaciones certeras, sentía probablemente un gran vértigo (esperemos que el fantasma del científico no nos atormente por intentar descifrarlo), dado que, adepto a las concepciones ortodoxas de las ciencias, el mundo subatómico, creía él, debe también ser posible de explicar mediante un modelo matemático certero y determinista, es decir, una vez dado las reglas de esa fase de la física, ya podría determinarse, a consecuencia, como fue el pasado del universo, el presente y con un determinismo monstruosamente acertado: su futuro, cuentan los historiadores que jamás logró una teoría del todo que de manera determinista, es decir sin probabilidades, sino certezas, logre explicar el origen, evolución y fin del universo: la teoría del todo en su vertiente determinista certera era su divisa.




Pero, el universo es más extraño de lo que incluso una mente privilegiada como la del Novel de física pueda imaginar, si bien es cierto, incluso cuando se equivocó, no se equivocó (en su intento logró descubrir en su modelo un concepto que aún hoy está vigente: la constante cosmológica), su afán último, al día de hoy, no se ha logrado, un modelo determinista; nos conformamos en el presente con la física cuántica, que es ante todo un modelo que explica el mundo a escala muy pequeña pero no en forma de un modelo que determina la explicación de ese estado, sino solamente probabilidades.



Ahora, sin entrar en las honduras subsiguientes, cabe hacerse la pregunta de ¿Qué pasa con el comportamiento del humano individualmente considerado?, ¿puede existir algún modelo que nos permita predecir su comportamiento con certeza?




Problemas del Análisis Económico del Derecho en sus vertientes deterministas

Primeramente, debo reconocer los grandes avances que en materia económica ha generado la escuela de Chicago, en especial Coase al poner en evidencia que para usar el mercado, es decir, para contratar, se incurre a la vez en costos, ya ha calado en la jerga común, los famosos llamados "costos de transacción", la definición, delimitación correcta de los derechos de propiedad privados como modo de facilitar los contratos (mediante un sistema legal imparcial de derechos de propiedad) son, que duda cabe, grandes logros en materia de bienestar tanto para la democracia, la libertad, cuanto para los Derechos Humanos incluso de corte social, porque, querámoslo o no, si uno tiene propiedad y capital puede acceder por sí mismo (ya no con subsidios que siempre deben ser sustraídos de las personas que generan riqueza) a los derechos culturales, ambientales, de salud, seguridad, previsión social, incluso la defensa de los derechos humanos, pasan por la furia realista en la que la realidad hace patentes sus derechos, deshumanizante a veces,  pues si no se es propietario primero de uno mismo (es decir libre sobre sí mismo) y propietario de bienes o servicios que ofrecer a los demás a cambio de a su vez bienes o servicios, no se podrá concretizar ningún derecho, por muy de acuerdo en que estemos todos en que sean derechos, la escasez de medios es un estado que se ha de vencer para que los derechos sean reales.

Una vez reconocido los logros de la escuela de Chicago, a saber, que existen Costos de Transacción, pasaré a hacer una crítica a cierta metodología en ciertos asuntos, cuando el las escuelas económicas deterministas y en ocasiones el AED usan sus herramientas para supuestamente predecir el comportamiento humano "con asombrosa precisión".


Muchos insignes exponentes de la corriente del análisis económico del derecho en el mundo, entre ellos: 

Posner, Calabresi, Cooter, Ulen, Reuter, Sthephen M. Bainbridge, Ronald Coase (a quien a pesar de admirarlo, también es parte de mi respeto hacia él disentir con admiración), Douglas Melamed, Andrew Rosenfield, Bouckaert, Boudwijn, Gerrit de Geest, Peter Newman, Polinsky, Shavell, Erik Rasmusen (Quien tiene una Introducción a la teoría de los juegos), David Kreps, Roger Myerson (también tiene artículos sobre teoría de los juegos), Drew Fudenberg, Jean Tirole, Douglas Baird, Robert Gertner, Randal Picker, William Baxter, Stephen Landsburg, Maurice Levi, Robert Miller, Douglass North, Robert Thomas, Robert Frank, Melamed, Louis Kaplow, Jheremy Bentham, Yoram Barzel, Dan Coursey, Robert Ellickson, Richard Epstein, Michael Heller, Frederik Scherer, Macaulay, William Landes, Garret Hardin, Scott Gordon, Harold Demsetz, Milton Friedman (quien es un rival intelectual del presente autor, pero se le reconoce su altura teórica e importancia en la importante, pero errónea a nuestro parecer, escuela de Chicago), Larry Blume (quien tiene un artículo sobre las compensaciones), David Charny, Robert Gertner (quien tiene un artículo sobre contratos incompletos o cuando las partes no se han puesto de acuerdo en algún punto), Drew Fundenberg, Eric Maskin, Barry Nalebuff, Juan Carlos Martínez Coll, Teece, Benjamin Klein, Robert Crawford, Armen Alchain, Ian Ayers y Robert Getner quienes tienen un artículo sobre cómo llenar los vacíos en contratos incompletos y como supuestamente desde una visión económica es posible calcular el óptimo de eficiencia, Richard Epstein, Richard Craswell, Avery Katz, Ian Ayres, el señor juez Hand (y sus escritos sobre los ilícitos culposos), Richard Brooks; 

han hecho panegírico de este modo de razonamiento, que si bien es cierto, ha contribuido enormemente al campo del conocimiento de la acción humana y su regulación por medio de normas que incentiven el crecimiento financiero (no necesariamente económico en el sentido praxeológico miseano[1] del término), creemos nosotros que cuando utilizan sus cuadros representativos de costes y beneficios en términos numéricos cardinales-cuantificacionales constantes, cometen fatales errores, al simplificar y creer que han predicho con confiabilidad la acción humana.


Para aclarar este aserto, voy a proceder como hacen usualmente los analistas de dichas escuelas,  por ej.  un instrumento que usan es la teoría de los juegos, el cual consiste en tratar de modelar, con mucha precisión dicen, la conducta de un humano respecto de la conducta de otro humano dado unas reglas y un objetivo, es muy clásico el uso de la llamada “matriz de ganancia”[2] como esta, que es del ya famoso dilema del prisionero:



Pues bien, analicemos y hagamos una autopsia, porque para nosotros éste es un cuadro con  números ya muertos, que no representan, ni pueden representar bienestares ni malestares reales de un humano, (salvo nuevamente que alguien nos informe y nos haga ver lo contrario, este servidor espera las refutaciones, si las hubiesen, a nuestro escrito) las razones son las siguientes:



1° Desde el advenimiento de la economía científica, ya se ha echado por tierra la teoría objetiva del valor (y por tanto también la objetivación del perjuicio o de los costes), pues la economía pre-científica refería simplificando que algo objetivamente vale tanto o genera un coste objetivo de tanto (10 dólares el litro de agua por ejemplo) y otra cosa vale objetivamente lo otro (1 dólar el miligramo de oro por ejemplo), pero desde el advenimiento de la ECONOMÍA CIENTÍFICA es la preferencia subjetiva del consumidor, quien de acuerdo a sus preferencias y a la escasez de lo demandado valorará a su libre albedrío y valorará el objeto de sus medios y fines de acuerdo a su libérrimo parecer (está condenado a valorar libérrimamente nos diría el existencialista Sartre), teniendo en cuenta su contexto cultural, sus necesidades, sus abundancias, sus miras intelectuales, sus limitaciones volutivas o intelectivas etc., para ejemplo un botón: cuenta la historia oficial que cuando los conquistadores españoles llegaron a América del Sur, permutaban cantidades de espejos por las mismas magnitudes de oro con los aborígenes, por ejemplo un kilogramo de oro, por un kilogramo de espejo, desde el punto de vista de la economía pre-científica, que creía que las cosas tienen un valor absoluto  objetivo, que cree que objetivamente el agua vale más que el diamante; veían en ese intercambio, un intercambio injusto, un intercambio ineficiente, objetivamente observable por un tercero, porque el oro, decían, vale objetivamente más que el espejo, debido a los costes de producción. Pero siento decirles, que desde la acción humana praxeológica (sic), no se puede valorar las cosas de esa manera, no se puede hablar en abstracto y decir el agua vale más que el oro, o la vida siempre vale más que la muerte, etc. Las razones las expongo a continuación: jamás en la vida cotidiana un humano elige entre totalidades, es decir, no se está en la disyuntiva de elegir o toda el agua del mundo o todo el oro del mundo, con lo cual ese ejercicio de los objetivistas (mayormente Marx fue el que, desde su óptica cientificista materialista argumentaba en pro de valoraciones económicas científicamente objetivas [sesgado por su apego a las ciencias exactas en aquella época en boga como las ciencias físicas, química y biología, en especial “El origen de las Especies” de Darwin], de allí que los empresarios robasen, según Marx, a los trabajadores porque el valor supuestamente del trabajo de estos era superior al valor de lo que el empresario arriesgaba al acometer una empresa, valga la redundancia, riesgosa de ofrecer o bienes o servicios en el mercado, en contextos de competencia y en aquellas épocas de guerras europeas), sino que siempre cuando un humano elige entre cierta cantidad de agua versus cierta cantidad de dinero, nunca está en la disyuntiva sobre absolutos, con lo cual dependiendo de la cantidad que ya posee de dicho bien, valora con TENDENCIA[3] cada vez en menos las nuevas unidades de esa misma cosa, esta es la llamada LEY DE LA UTILIDAD MARGINAL DECRECIENTE, y ojo esta es una ley económica en todos sus aspectos, NO es una ley psicológica (como me la explicaron en clase mis profesores de economía, poniéndome un ejemplo, se me decía "Jorge imagínese que toma un vaso de agua, ese vaso le colma su sed en muy alto grado, ahora otro baso más, este segundo le colma la sed, pero en menor grado, ahora un tercero, ya siente hasta hartazgo, si le ofrezco un cuarto baso probablemente sentirá psicológicamente ya la saciedad y no valorará tanto este último vaso de agua y lo usará para jugar carnaval, ve que su percepción de satisfacción disminuye y ajusta su comportamiento en consecuencia" ), ni es una ley tecnológica, ni de administración, es una ley que se DEDUCE en forma APRIORÍSTICA-DEDUCTIVA del AXIOMA de la ESCASEZ de medios (dicho axioma es patrimonio exclusivo de la economía) respecto de los infinitos fines que pudiera tener el humano, porque, en el caso del agua, si el bebedor incrementase exponencialmente su bienestar, habría algo erróneo, significaría que la capacidad de beber es ilimitada, es decir no habría escasez en su cuerpo de absorber el agua, esta es la explicación en el caso concreto de la ley económica de la utilidad marginal decreciente, pero es una ley que se deduce de la escasez del mundo en el que vivimos, consecuentemente, el corolario de dicho teorema sería que NO EXISTE NI PUEDE EXISTIR JAMÁS UNA UTILIDAD MARGINAL EXPONENCIALMENTE CRECIENTE NI LINEALMENTE CRECIENTE. 




Pues en esa línea argumentativa, las matrices de teoría de los juegos, como la presentada en el dilema del prisionero, presenta números enteros cardinales (vale decir cuantificacionales, aritméticos), y éstos, para desgracia de los economistas de muchas escuelas, no modelan correctamente esta varianza en la intensidad de los malestares y bienestares, dado que esos números son constantes, en la matemática un 1 y otro 1 valen cuantificacionalmente lo mismo, pero en el campo de la acción humana 1 dólar no vale lo mismo ni siquiera en la misma persona, depende del momento y depende de las cantidades previas de dólares que ya posea, de la cantidad de dólares en circulación, de su velocidad de circulación, y de la valoración subjetiva de ese dólar en cuanto a su poder de reserva del valor, poder de medio de pago y poder de ahorro entre otras consideraciones subjetivas válidas y respetables (si queremos ser materialistas, pues un billete de dólar no es más que un pedazo de la corteza del árbol, su celulosa procesada en papel). Lo mismo el error de esa matriz de teoría de los juegos es que, mutatis mutandi (en paralelo), cae en el error que tantas cantidades de años en cárcel por cierta persona, causa cierto perjuicio cuantificacional, y que esa misma cantidad de años en cárcel le causa lo mismo de perjuicio a la otra persona, y ¿qué pasa si la otra persona quiere estar presa o no mensura tan molesta estar esa misma cantidad de años?




2° En economía, es inútil usar números cardinales, por no decir que es más que un medio de aclarar un medio de justificar ideologías neoliberales (ya se ha definido el término como aquella ideología pe preconiza el libre mercado sin ninguna otra consideración de tipo ética o científica, o inlcuso argumentando a drede o por ignorancia en contra de la ciencia de la acción humana, alabando al mercado por el mercado mismo, siendo el mercado un fin en sí y los humanos un medio, usualmente ligada a personas de muy alta posición financiera que justifica con sinrazones el clientelismo, por oposición de un libertario que es aquél que justifica primero la libertad individual por medio de la autopropiedad, y como consecuencia de ella ve en el mercado y la democracia los medios más adecuados para la libertas humana y su máximo bienestar) sino a lo mucho solamente números ordinales, es decir, no puedo decir, 8 años en cárcel causan el mismo perjuicio que tres días de tortura, por las siguientes razones: es imposible medir a ese nivel las intensidades psíquicas de bienestar o malestar a ese nivel de precisión, para ponerlo más claro, no puedo decir con rigor científico cardinal, mi mochila vale 3,5 veces más que tu cartuchera; se me objetará en este aspecto, pero Jorge, mi mochila la compré por 17 dólares con 57 céntimos, siento nuevamente desilusionarlos y hacerles ver que en este caso el precio no es el valor de la mochila, sino un reflejo del diferente valor que hay entre el dinero y la mochila, es decir se ha hecho el intercambio entre la mochila y el dinero porque el vendedor de mochilas ha valorado más los 17,5 dólares que la mochila que le pertenecía y el comprador ha valorado más la mochila que los 17,5 dólares que le pertenecía, es justamente esa diferencia de los valores que ha permitido el intercambio, el negocio, el contrato (en jerga legal) o como quiera llamarse, los economistas lo llaman correctamente, precios de reserva, porque son reservados, no podemos llegar a ellos, están en el interior de la reserva de nuestra psique. Solo podemos decir que el comprador ha ORDENADO sus preferencias y primero está la mochila y en segundo lugar de preferencia su dinero, del cual se desprende para obtener lo que valora primero.




Estos dos argumentos, creemos nosotros bastan para echar por tierra todos esos números y estadísticas aritméticas o cardinales que usan los tradicionales representantes de las ciencias económicas del stablishment o de las corrientes del análisis económico del derecho que usan asertos cuantificacionales, en especial la escuela de Chicago, a la cual respeto, pero de la cual discrepo.



3° Como consecuencia inevitable de lo anterior, es IMPOSIBLE hacer un análisis científico exacto del riesgo, y mucho menos de la incertidumbre, que es lo que hacen usualmente los economistas en los mercados financieros, como en las bolsas de valores, o los economistas que, desde la macroeconomía, dicen, si inyectamos tal cantidad de dinero, creen cándidamente que, independientemente de la acción humana de cada individuo, la economía crecerá un tanto por ciento, yo diría ¿crecimiento para quién?, el crecimiento del bienestar debe estar visto desde la óptica del individuo, no de la óptica de la estadística de masas, porque allí, no se reflejan, sino, antes bien, se podría estar engañando, al compensar ganancias y perdidas numéricas al promediarlas, en el nivel de bienestar al ponderar el alto bienestar de ciertos grupos con el malestar de otros grupos, el promedio aritmético nos puede engañar, y de hecho les ha engañado a muchos economistas como en la ultra-depresión mundial del 2008: un día antes Islandia estaba calificada, numéricamente claro de acuerdo a las estadísticas en triple A en nivel de capacidad y bienestar económico.





De allí que desde esta tribuna, es importante aclarar que cada vez que algún abogado o economista, comience hablar de crecimiento (léase bienestar económico) no desde el enfoque individual de tal o cual individuo usando números ordinales, sino números cuantificacionales y estadísticas al estilo de las ciencias exactas (donde sí hay constancias y no existe la inconstancia de la ley de la utilidad marginal decreciente y de las valoraciones subjetivas en el campo de la acción humana) se les prendan todas las alarmas y luces rojas de peligro, cada vez que digan en base a tal o cual medición del PBI, del índice de inflación, índice de empleados, etc., tenerlos como falacias, por las razones aquí expuestas, porque todos esos números reflejan constancias y determinismos del futuro o datos arqueológicos del pasado, pero el ser humano, no me pregunten porqué, es un ente diferente a una manzana que cae de forma determinada del árbol de Newton, en el que en sus bienestares y malestares son subjetivos y con utilidades marginalmente decrecientes y cuya valoración subjetiva de cada individuo lo hace diferente y único en el mundo, lo que le da la innata capacidad creativa de moldear el futuro, independientemente de estos cuadros muertos de matrices de teoría de los juegos que preconizan la eficiencia, diciendo que la eficiencia es objetiva y mensurable y desprecian y no pueden ver, como sí la escuela austríaca de economía, contemporáneamente liderada por el profesor Jesús Huerta de Soto (a quien admiro como mi más amado mentor) que en la economía sí se debe tener en cuenta las subjetividades y ser consciente de la imposibilidad de:

a. modelar numéricamente las ideas (las ideas no son observables), 

b. porque el mundo de la economía es complejo e interactivo en el que no se puede aislar los factores (el ceteris paribus no existe),
c. no existen constancias, todas son variables, no se pueden efectuar medidas, si no hay constancias no se puede medir y finalmente 
d. los modelos matemáticos son modelos de equilibrio, en tanto que el mundo de la acción humana está en constante desequilibrio y cambio respecto de las valoraciones subjetivas de medios y fines.



Personalmente considero que también es menester una teoría de la ética que la sustente para reforzar y argumentar por qué el libre mercado no solo es eficiente (en el sentido amplio de bienestar humano, no sólo monetario), sino éticamente deseable y el medio más idóneo del progreso, siempre y cuando no sigamos, como hasta ahora, en zonas expropiadas de nuestra libertad de elegir lo que preferimos, como en el monopolio estatal de la moneda por los bancos centrales de reserva estatales, que pretendiendo hacer ingeniería humana, creen que pueden salir impunes de la manipulación de la tasa de interés de los bancos privados y salir ilesos, pero el realismo económico y la incertidumbre inherente del humano hace patente sus derechos: lo que no podía pasar en las predicciones, pasó el 2008 con la caída sistémica de gran parte el sistema financiero bancario mundial.




Y en el campo jurídico muchas áreas de la regulación nacional peruana están imbuidas erróneamente, creemos nosotros, salvo mejor información, de estos cálculos cuantificacionales como las leyes de represión de las conductas anticompetitivas, las leyes o propuestas de leyes sobre control de fusiones en base a cuotas porcentuales cuantificacionales del mercado, leyes sobre la regulación de precios o márgenes de precios y regulación de los servicios públicos como el númerus clausus de las operaciones que pueden hacer los bancos, el valor de mercado del derecho tributario, entre otras.




Todo ello hace de los humanos el estar no en un entorno de riesgo económico, sino de plena incertidumbre: entre las glorias del bienestar y la abundancia y las tinieblas de la incertidumbre de perderlo todo, porque, hay otros humanos que actúan de forma impredecible, más que los electrones de los átomos a los niveles cuánticos; en verdad alguien puedo tener una empresa multimillonaria de telecomunicaciones, alguien puede ofrecer vender su idea de un nuevo modelo, se puede creer que esa idea no sirve, que es una tontería y mandarle a rodar; pero si la competencia, por ejemplo Apple puede acoger dicha idea y sacar al otro del mercado, ese es el oficio de la vida humana, siempre se navega entre dudas, suerte, mala suerte, efemeridad y hasta supersticiones, todo ello lastimosamente entierra, creemos nosotros, a las escuelas económicas deterministas cuando usan números cuantificacionales o cardinales, y enarbola a la escuela austríaca como la menos mala (falla también, creemos nosotros, en no querer obtener datos empíricos de la realidad y ordenarlos -que no cardinarlos- y comprobar sus asertos en consecuencia), pues es la única que pese a su carencia experimental, pudo prever el peligro de la expropiación de nuestras libertades al protestar contra las leyes del monopolio de la moneda y las monedas nacionales y la nacionalización de la banca por medio de los bancos centrales de reserva, que finalmente son los prestamistas de última instancia de los bancos privados y la falta de un coeficiente de caja del 100% para los depósitos bancarios irregulares a la vista como causa muy probable de los ciclos económicos financieros en el mundo, pero ello será tema de ulteriores pensamientos en futuras entregas de catarsis intelectual.







[1] Relativo al insigne Ludwig Von Mises, exponente máximo de una teoría completa de la acción humana, en un libro intitulado de la misma manera, en la cual señala los defectos de los economistas con una visión simplista y, sobre todo, una crítica a todo uso de números cardinales para la predicción y o control del riesgo económico que cometen las escuelas económicas clásicas y neoclásicas, esta última a la que pertenece el Análisis económico del Derecho, creemos que si bien es cierto la escuela austríaca también comete un pecado mortal al despreciar los experimentos y la data empírica, sí acierta en remarcar el despropósito de usar números cardinales en todo análisis económico de la acción humana.
[2] COOTER, Robert y ULEN, Thomas. Derecho y Economía. 2008. Fondo de Cultura Económica. P. 65.
[3] Todas las leyes de la economía científica, que se presten de serlo, son tendencias, no son leyes como de las otras ciencias exactas, luego veremos porqué de ello.


* En la presente, las imágenes no nos pertenecen, sino que las usamos conforme al Fair Use Internacional, adicionalmente se basa en las ponencias de las clases del profesor Jesús Huerta de Soto en sus clases de Economía Política en la Universidad Rey Juan Carlos Tercero de Madrid. 

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Un desliz desafortunado





Cual caballero infatuado, estoy fascinado por ti,
Que, como a cualquiera, me causas frenesí,
Y me siento halagado por tu fascinación mutua hacia mí.



Cual poeta guerrero, solo quería amar,
Porque en mí el amor, fin en sí es actuar,
Pero, eres un desliz desafortunado,
Amor romántico: estoico condenado.




Debió ser heroico y sufriente nuestro nido,
Para los grandes voladores allá en el cielo: para Cupido,
Debe serle difícil vernos a nosotros prohibidos,
Tuvimos un desliz: en el blanco su flecha nos ha herido:
Carmesí fluyente de nuestro corazón unido, él es testigo.



Cual territorio inexplorado, mutuamente,
Nos hemos intrigado agradablemente,
Cada uno habló de nuestro amor: remembrante,
Como si ya en otra vida: hubiésemos en el lecho,
Estado antes.



Pero, nos somos prohibidos,
No nos somos bien invitados,
no porque seamos casados o a otros enlazados,
sino más bien porque estamos por "De La Rosa" enlazados,
Escondidos, de la multitud abrazados:
¡Un desliz desafortunado!,
Nos pregonaron, a pesar de estar los dos Libres.



No creo que seamos Libres,
Necesitamos espacio y amarnos,
Para ser libres, pero no lo somos,
¿Dónde está la libertad que nos obliga
el existencialismo de Sartre?



La libertad, tal cual, ¡no existe!,
¡Solamente subsiste!,
Y a quien nos contradiga,
¡Es porque no nos ha contemplado!,
Que no te ataquen, ¡que no nos nieguen!,

Pues eso ya nos mató.



  • En la presente publicación, las imágenes no nos pertenecen, se usan de acuerdo al Fair Use Internacional. 


lunes, 2 de diciembre de 2013

El problema de la verdad absoluta

En el presente apartado cedo el blog a un amigo mío.



El problema de la verdad absoluta 

En el presente ensayo, 

Jorge Marquiño nos explica su postura acerca
De la verdad absoluta y sus implicancias
En las ciencias sociales, como él mismo diría:

La verdad depende de nuestro uso del
lenguaje,  sentidos, sentimientos, 
experiencias y a veces prejuicios con los
 que previamente intentamos conocer
 lo que es objeto de nuestro 
análisis”. J.M.M.   


Gracias Ronald, gracias por el espacio en tu blog de cultura, en el presente escrito, trataré acerca de dos temas técnicos y una conclusión de la lógica del conocimiento y filosofía de las ciencias:


Primero, demostrar -mediante la argumentación y el ejemplo de algunos casos- como nos es imposible tener una verdad absoluta y definitiva hasta las últimas consecuencias en cualquier área del conocimiento.


Segundo, esclarecer y recalcar que para que todo conocimiento se dé, es menester o condición necesaria e ineludible que el sujeto que pretende aprehender el objeto de su estudio, tenga un conjunto de categorías o moldes de conocimiento previo con los cuales interpretar el fenómeno que desea conocer (le llaman "objeto" los epistemólogos), llegando, de esta manera, a la conclusión de que es imposible obtener conocimiento del mero hecho observacional de un fenómeno, sino que es menester de forma indefectible tener un conocimiento previo (o quizás prejuicios en paradigmas científicos previos) para poder interpretar lo examinado y así poder llegar a construcciones proposicionales más complejas.

  
Tercero, concluir, a partir de la conjunción de los dos anteriores asertos que la única verdad posible –salvo mejor información- es lo que llamaré la “verdad funcional de acuerdo al modelo”.


Debo aclarar que mucho de lo que en la presente se escribe no es absolutamente original, sino que es el resultado de una amalgama de conocimientos que vuestro servidor ha ido colectando en su vida y ahora vuelca en las presentes líneas, de cuán original o meritorio sea la presente, es poco verificable, dado que, suponemos que varias personas han llegado a las mismas conclusiones o semejantes; en ese sentido, no pretendo descubrir la pólvora, sino hacer más fácilmente visible la pólvora.


Empecemos este viaje a las honduras de la verdad imaginándonos, pidiendo prestado al genial Jean Baudrillard la metáfora de su obra Simulacro y Simulación (Simulacro y Cultura en algunas traducciones), -reacomodándolo y modificándolo un poco a nuestros fines-, que todo el universo cognoscible sea tan sólo 1 kilómetro cuadrado de arena, con una profundidad de 50 metros, solamente arena, con algunas dunas, algunas de cierta altura, la mayor de digamos 9 metros sobre la base del horizonte, y con algunas depresiones, digamos de 8 metros bajo la base que hemos trazado en nuestro mundo ideal que sería, pues el todo: nuestro mini universo.



Supongamos ahora que, nosotros llegamos como un explorador a dicho mundo (asumamos que podemos respirar y estar allí), y nos proponemos conocer todo acerca de él, absolutamente todo, total, es una duna de arena relativamente simple con medidas limitadas y lo vemos “desde arriba” por así decirlo; pues bien, para conocer algo es menester saber sus propiedades y poder enunciarlas, en lo que los lógicos llaman proposiciones, que consisten en enunciados que dicen algo del universo (Wittgenstein), ahora comencemos a hacer proposiciones acerca de nuestro universo creado had-hoc con fines didácticos.



Probablemente, como exploradores, agarremos nuestros instrumentos y nuestro bloc de apuntes y escribamos datos mensurables o hagamos un mapa o una maqueta (una proposición, pues una maqueta o un mapa dice algo del universo que puede ser verdadero o falso de acuerdo a la correspondencia con lo que describe), supongamos, a efectos didácticos y de diálogo, además, que el mapa o la maqueta es perfecto, tan perfecto que está en una escala uno a uno con el terreno imaginado, es más, imaginemos que es una maqueta tan perfecta que es semejante en un 100% al universo de nuestra historia, y que en esta maqueta se hallan escritas las longitudes, temperaturas, composición química, topografía y demás información que nos pudiera parecer relevante.


Hagámonos ahora una pregunta ¿Hemos logrado el conocimiento absoluto de este mini universo? Pues en mi opinión la respuesta es no, y considero es imposible; la razón es muy simple, primero, que para poder construir las proposiciones hemos necesitado de alguien que haga dichas proposiciones y ese alguien también forma parte ya de ese mini universo, y la maqueta no nos dice nada acerca de este “observador”.


Pero, supongamos todavia más, a afectos de proseguir el ejemplo, que efectivamente la maqueta es tan perfecta que en ella está también un modelo de escala uno a uno con todas las medidas, características físicas, temperatura, órganos, vestimenta, etc., del explorador, ¿ahora sí conseguimos saberlo todo acerca de este mini universo?, pues siento desilusionarlos, pues tampoco, porque al momento de hacer nuestras proposiciones (en este caso expresadas en una maqueta de escala uno a uno) esas proposiciones o maqueta llegan a formar parte también del universo, sea que esté dicha información en un soporte físico o incluso en la mente del observador, ese algo de información ya es algo y nos falta la maqueta de la maquetapero si hacemos eso, ahora hay dos maquetas, y como ha aparecido una nueva, es menester hacer otra supra-maqueta que abarque las anteriores y así ad-infinitum.









Ahora, supongamos que alguien nos cuestiona y nos dice, pero con dos maquetas bastan, las demás son meras redundancias, no aportan nada, pues me temo que sí aportan algo nuevo conocibleel hecho de que aparte de figurar al mini universo también figura que ese mini universo ha sido figurado por un observador, describe al observador y además describe la(s) otra(s) maqueta(s) y así ad infinitum, y esa información es relevante para nuestro propósito: conocerlo todo.


Hasta allí, creemos que hemos demostrado con este hipotético ejemplo la imposibilidad del conocimiento absoluto del universo hasta las últimas consecuencias, ahora abordaremos el segundo punto.


En este apartado les invito a que regresemos al momento de empezar a describir nuestro mini universo, ¿cómo empezamos a describirlo? Pues, empezamos diciendo tiene 50 metros de profundidad, tiene una duna con tantos metros de altura y otra depresión con tantos metros de hondura, etc., ¿Qué hemos expresado con estas descripciones? Pues información (científica en este caso) acerca de mediciones (en magnitudes convencionales es decir de acuerdos sociales como el del Sistema Internacional de Unidades como el metro), de cantidades, de descripciones, mejor dicho.



¿Pero cómo ha sido posible al explorador decir eso?, ¿cómo el observador ha podido llegar a la conclusión de que la longitud es de 50 metros, que la hondura de tal duna es de tantos metros que la composición es de tal o cual elemento químico? Pues diseccionemos uno de sus enunciados, "la duna ubicada en la coordenada 1,1 tiene una depresión de 8 metros" , soy de la opinión que en esa proposición se muestra (en el sentido wittgensteniano del término) muchas más cosas que lo que pretende describir, a saber, esa proposición existente, implica para su mera enunciación que un ente pensante existe, que hay axiomas que ese ente entiende, hay podríamos decir un cojunto de ideas previas simples, muy simples o primales con las que se construyen, en un estado posterior las proposiciones acerca de la longitud por ejemplo. 



Detengámonos en el caso de la longitud, para que un ente haga una proposición sobre esta, es necesario e imprescindible que de algún modo tenga una información previa: un estado previo de conocimiento pre-descriptivo de nuestro mini universo para poder 

[--
a través de las gafas de este conocimiento previo, apriorístico le llaman los lógicos 
(
independiente de la práctica o independientemente del universo o de las cosas, sino puramente mental, en tanto categoría del pensamiento, siguiendo a Kant, es algo así como moldes innatos que todo ente pensante que pretenda conocer algo debe tener en su mente para poder interpretar lo que le rodea como por ejemplo en el caso humano categorías tales como: olor, sabor, longitud, profundidad, intensidad, volumen, luminosidad; y un lenguaje en qué expresar todas esas categorías o moldes mentales en los cuales verter nuestra imagen del mundo) constituidos por conocimientos predescriptivos están antes y presuponen a lo descrito para poder entender lo descrito, en este caso nuestro mini universo, estos datos anteriores son los que nos permiten hacernos con conocimientos posteriores: si no tuviésemos un lenguaje previo, o un esquema previo sobre el cual interpretar el universo, no podríamos siquiera ser un ente que piensa, pues solo lo pensante puede conocer, pero, como para pensar es menester usar un lenguaje que represente el mundo sea este un lenguaje discursivo, cuantitativo, emocional, etc., es menester este contenido mínimo
--] 
describir y con ello
 conocer algoPara demostrarles ello les propongo un experimento simple: intenten explicarle a un ciego de nacimiento cómo es el color verde y en qué se distingue del rojo, del amarillo, del azul, etc. Lo más seguro es que el ciego no entenderá, porque no tiene el sentido previo que le permita tener este llamado (por nosotros) "conocimiento previo" o; categoría mental, siguiendo a Kant, que hace la distinción de colores de acuerdo a la tonalidad que capta nuestro sentido de la vista; para nosotros, esa imagen mental de tal o cual color es una proposición, es un lenguaje, pues dice o comunica algo del universo. 



En ese sentido concordamos con el insigne filósofo Ludwig Wittgenstein cuando expresa con gran acierto y destreza:


“Los límites de mi lenguaje, son los límites de mi mundo”, y yo agregaría, “los límites de mi lenguaje, sensaciones, percepciones y sentidos que representan el mundo son mi mundo”.




De este modo, combinando las dos principales aserciones del presente ensayo tenemos conclusión inevitable: que como para poder conocer el mundo es necesario primero tener algo con qué describirlo, un ente que describe, un ente pensante, que tenga el lenguaje y la percepción ANTERIOR con conocimiento previo (un preconocimiento, o una aptitud de poder expresarse en lenguaje) a su objeto estudiado para poder describirlo, y que este dado que este bagaje a priori está condicionado por la situación específica del sujeto investigador (por ejemplo el ciego de nacimiento)


--que Kant llamaría categorías del pensamiento, que en Wittgenstein es el lenguaje describiente, que nosotros llamamos conocimiento previo o pre-conocimiento que incluyen no solo las categorías de Kant, ni se queda solo en el lenguaje proposicional de Wittgenstein, sino que además incluye nuestra experiencia, nuestras afinidades emocionales, nuestros sentidos y sentimientos-- 

es posible que haya varias verdades de acuerdo al tipo de conocimientos previos que le pertenecen al sujeto que estudia y pretende conocer, de acuerdo al lenguaje , de acuerdo a los sentidos del examinador (imaginemos como sería el conocimiento de un extraterrestre que tuviese digamos 120 sentidos que lo conecten con el mundo, seguramente tendría más magnitudes y palabras que sistematizan  esas sensaciones que nosotros ni siquiera podemos soñar con sentir), puse 120 sentidos porque actualmente (abril de 2018) la ciencia a logrado ubicar y distinguir alrededor de 35 sentidos humanos, ésos 35 y su reunión en nuestro cuerpo humano ya predeterminan cómo entendemos el Universo, y por ende, cómo lo explicamos, con lo cual, estamos condenados a limitarnos a una descripción del Universo que se sustenta en la mediación de dichos 35 sentidos.


Creemos que el gran físico y pensador Stephen Hawking expresa mejor lo mismo con su concepto de Verdad Dependiente del Modelo, yo diría que la verdad depende de nuestro lenguaje, sentidos, sentimientos, experiencias y a veces prejuicios con los que previamente intentamos conocer lo que es objeto de nuestro análisis.    





Si esto es así, ya reconocido en el área de las ciencias exactas como la física¿Qué diremos de las ciencias de la acción y pensamiento humano no exactas como lo son la sociología, la lingüística, la psicología, la economía, la antropología, la historia? Pues, con toda seguridad yo digo que en ellas hay muchas verdades de acuerdo al conocimiento previo con que parte el científico: de lenguaje, experiencia, percepciones, sentidos y preferencias metodológicas con las que inicia y pretende usar.


¿No es entonces característico de una ciencia el ser universal y tener solamente una única verdad en sus proposiciones? Bueno al HOY y en mi humilde parecer, en el estado de avanzada que se halla la filosofía del lenguaje y filosofía de las ciencias hay varias verdadespero no se llega a la opinología arbitrarista de que lo que sea que a uno se le ocurra sea una verdad, será verdad siempre y cuando, sostenemos nosotros, cuando haya correspondencia entre un modelo o una proposición y el mundo al que figura, al que indica o representa, pero, aclaremos no solo son proposiciones (en el sentido que usamos en este artículo) las palabras, las frases o las oraciones, todo documento, o todo soporte que figura un aspecto del mundo es una proposición, porque en su propósito de figurar al mundo puede ser verdadera o falsa (en la lógica clásica), o incluso, tener una fracción de verdad y el resto de la fracción estar en mentira (en la lógica difusa).


¿Qué caracteriza entonces a una ciencia entonces si no es que solamente tiene una verdad? A nuestro parecer la DUDA metódica. La apertura a cambiar de paradigma ante una mejor explicación del mundo de acuerdo al propósito del investigador, es decir una VERDAD FUNCIONAL al propósito utilitarista (a un economista, por ejemplo le interesa la correlación de medios a fines apreciables al sujeto individual, mientras que a un psicólogo social el porqué de la elección económica de preferir, por ejemplo el color dorado al color azul, o al fisiólogo le es útil saber el cómo curar tal o cual enfermedad del modo más adecuado, al politólogo las relaciones de poder en la sociedad y su organización, etc, siempre en compartimentos utilitaristas a fines de la especialización y al propósito de la pregunta, pero no necesariamente estancos, incomunicados, sino muchas veces con vasos comunicantes)  de la pregunta que se pretende responder, pero que para que sea científico debe albergar, dicho conocimiento, siempre dentro de sí la DUDA de que podría haber otra explicación más general y más elegante a la misma pregunta, por oposición a una religión cuya esencia es la Fela esencia de la ciencia es la DUDA.


Hasta aquí hoy, espero haberles llenado de preguntas más que de respuestas.


  









** Para la presente las imágenes no son propiedad nuestra, se usan de acuerdo al "Fair Use" Internacional. 
***Palabras clave #Witgenstein #Epistemología